Un sueño vengativo.
Vengamos el cansancio,
vengamos el sueño interrumpido,
vengarnos del mal sueño...
Y dormir un sueño largo y profundo donde nuestros cuerpos boten tanto calor que no necesitemos ni mantas para taparnos... nos tapemos con nuestras propias vidas,
nos tapemos con nuestras propias fantasias.
Un sueño que nunca hemos dormido
Un sueño vengativo y largo y profundo,
para dormir, solo dormir
para tener el placer de dormir
solo el placer de dormir.

Bailar con esa melodía de la que ya no te acordabas y que tanto te gustaba.

Dejarte llevar por ella,

cerrar los ojos,

siempre.

Que tu pelo enredado se funda con el viento,

el aire, el mar...

y tu siempre con tu aire y tu mar, con tus miles de principios y finales, con todas tus calles lindas y tus huecos, tus azoteas y tejados, y tus puestas de sol...

Que no vuelvan nunca más,

que te dejen en paz..

Ahora quieres ser feliz.

Ahora eres tu (aunque te cueste creerlo) la que está dentro de ti.

Cuando las muertas despertamos

Cuando los muertos despertamos, de Ibsen, es una obra de teatro sobre el uso que de las mujeres hace un artista y pensador macho en su vida y en su trabajo -el proceso de crear la cultura que conocemos- y sobre la lucha lenta de una mujer que despierta y toma conciencia de cómo ha sido utilizada su vida.

Si es estimulante estar viva en un tiempo de despertar de la conciencia, puede también ser confuso, desorientador y doloroso. Este despertar de la muerte o de la conciencia dormida ha afectado ya la vida de miles de mujeres, incluso las de aquellas que todavía no lo saben, como también está afectando la vida de los hombres, incluso la de aquellos que niegan las demandas feministas. La discusión continuará versando sobre si el marco de un sistema económico clasista es responsable de la naturaleza opresiva de las relaciones hombre-mujer, o si, de hecho, el patriarcado -el dominio del macho- es el modelo original de opresión en el cual se basan todas las otras. Pero en los últimos años el movimiento de las mujeres ha desentrañado prístinamente las conexiones inebitables entre nuestra vida sexual y las instituciones políticas. Los sonámbulos se están despertando y, por primera vez, este despertar tiene una realidad colectiva, ya no es un fenómeno tan aislado el abrir los propios ojos.

Re-visión, el acto de mirar atrás, de mirar con ojos nuevos, de asimilar un viejo texto desde una nueva orientación crítica, esto es para las mujeres más que un capítulo de historia cultural: es un acto de supervivencia. Hasta que comprendamos las suposiciones en que hemos estado ahogadas no podremos conocernos a nosotras mismas. Y esta urgencia de autoconocimiento, para las mujeres, es más que una búsqueda de identidad, es parte de nuestro rechazo al carácter autodestructivo de la sociedad de dominación machista. Una crítica radical a la literatura de arranque feminista tomaría el trabajo primeramente como una clave de cómo vivimos, de cómo hemos vivido, de cómo nos han educado a imaginarnos a nosotras mismas, de cómo nuestro lenguaje nos ha atrapado tanto como nos ha liberado, de cómo el acto mismo de nombrar ha sido hasta ahora una prerrogativa masculina, y de cómo podemos empezar a ver y a nombrar y por lo tanto a vivir de nuevo.


(Sobre mentiras, secretos y silencios, Adrienne Rich, 1971)

Lamento haber jodido mi momento,
espero reventar por dentro,
es que no quiero..
que me quemen vivo el corazón.

Maltratos

Estoy presenciando ahora mismo un acto de maltrato.
Una pareja heterosexual:
Él, tío duro, chulo, "seguro de si mismo";
Ella, débil, agradable, complaciente, quieta, silenciosa.
Él la estaba besando. Ella le ha dicho algo a él que al parecer no le ha gustado, la ha agarrado como cuando se quiere coger a una bebe, por las asxilas, sin levantarla del suelo, pero apretándola muy fuerte. Se separan. Ella le dice en bajo que ese acto (tan invisible, ninguna persona más que yo del vagón se había dado cuenta) le había hecho daño, daño físico (aunque yo creo que eso hace más daño psicológica que físicamente, esas cosas te debilitan y te van matando poco a poco por dentro, sobre todo si eres mujer).
Él se separa, se ha enfadado.
Ella, aun habiendole dolido lo que le ha hecho, se siente mal y se acerca a él. Le da un beso, un lo siento.
Él, mostrando constantemente su dominio y su fuerza, no sólo ya de manera física, sino también psicológica sobre ella.
Ella, callada, perfecta, dulce en todo momento...


Me siento mal conmigo misma, tendría que haber dicho algo, tendría que haberle dicho que la estaba haciendo daño, que se fuera con su ego de machito chulo a su casa. Pero no lo he hecho. Lo he visto, he sentido perfectamente lo que estaba sintiendo ella y no lo he dicho. Lo he legitimado al callarme.

Existen innumerables maneras de matratar a alquien, una persona hace pocos días me convenció de esto. No sólo es maltrato pegar o insultar a una persona, de hecho, estos actos son algo tan normalizado hoy en día que no creo que tengan una repercusión en la persona que lo sufre como sería la normal. Las personas en sus relaciones interpersonales cercanas, del tipo que sean, maltratan y son maltratadas. Nos han enseñado a relacionarnos así, nos han enseñado a defendernos de esta manera, a no confiar en nadie, a ver enemigas por todos los lados.
La indiferencia también es maltrato, la mentira, el desprecio, las relaciones asimétricas en todos sus sentidos. Las relaciones de poder, la dependencia genera maltrato, la desigualdad, los chantajes, andar sóla por la calle a las 12 de la noche y tener miedo, también.
Cada persona es diferente y le pueden afectar unos maltratos más que otros.
Cada una tiene escudos y barreras en donde la vida le ha enseñado u obligado a ponerlos.

Arde la vida.

"No vamos a desarmar la casa del amo con las herramientas del amo"





Reactividad. Espontaneidad. Vida. (Censier)